sábado, 5 de agosto de 2017

The Lost City of Z - 2016


Director: James Gray

James Gray es el director de "Little Odessa", "The Yards", "We Own the Night", "Two Lovers" y "The Immigrant", todas comentadas acá en el blog, razones suficientes para querer ver su nueva película, "The Lost City of Z", que no se demoró tanto en llegar al mundo. Para que vean: de la primera a la segunda pasaron seis años, de la segunda a la tercera pasaron siete, entre la tercera y la cuarta hubo un año de diferencia (la excepción, la rareza), de la cuarta a la quina pasaron cinco y de aquélla a ésta hubo que esperar tres. ¿Y la que sigue? Ya se anunció que lo próximo de Gray será un filme de ciencia ficción titulado "Ad Astra", el cual se comenzó a rodar en julio, así que... ¿la tendremos lista para el 2018? Así como están las cosas hoy en día, tal espera probablemente se pase volando.


"The Lost City of Z" está basada en una novela homónima, a su vez basada en un artículo escrito por el mismo autor, que trata sobre la vida y obra de Percy Fawcett, explorador y militar británico que, así en palabras simples, dedicó su vida lo más que pudo (siempre sorteando las dificultades del mundo en guerra, del escepticismo de académicos y de la visión retrógrada de casi todos quienes lo rodeaban... esto lo concluyo a partir de la película) a encontrar los restos de una compleja civilización en medio del Amazonas, la cual llamó Z: la última pieza del rompecabezas de la humanidad.
James Gray nos deleita con una película magistral e inmensa, tan cándida y soñadora como ambiciosa. Una película magníficamente escrita y dirigida (ya no hay dudas del gran talento de Gray como escritor y como director, como creador de imágenes y atmósferas, de sensaciones y espacios tan complejos y vastos como su propio afán explorador). Una película que en primer término se desarrolla como una historia de aventuras en donde el protagonista, en compañía de otros hombres (algunos tan nobles como él, otros mezquinos y deplorables), se adentra en territorios desconocidos para zanjar una disputa territorial entre Brasil y Bolivia, viéndose motivado por los descubrimientos que ahí halla a adentrarse aún más en tierras, tiempos y conocimientos inexplorados. Podría parecer un biopic más o menos al uso, mejor hecho que el resto gracias a la corrección y pulcritud formal de su realizador, de mano tan clasicista como ¿moderna? Sin embargo, "The Lost City of Z" es mucho más que ello: para mí, su verdadero relato se encuentra en el terreno de lo simbólico, lo abstracto, lo inasible, incluso onírico: algo que nos trasciende como personas y que es más grandes que nosotros. A mí me ha encantado la personalidad del protagonista, inconformista, siempre intentando rasgar la superficie de las cosas, de no detener su ansia explorador, de maravillarse ante lo que hay escondido frente a nuestras narices, de nadar a contracorriente del resto de mediocres domesticados, de no dar nada por perdido, de valorar el enriquecimiento que le provee la expedición y cada pequeño objeto que encuentra, de tener la valentía de engrandecer su concepción del mundo. A fin de cuentas de eso se trata la película: de ir más allá. Suena simple pero a mí me parece sobrecogedor.
Desde luego, los mejores tramos del film (rodado en 35mm) los encontramos inmersos en la selva, el hábitat natural del protagonista. De las escenas que más me han gustado destaco cuando el protagonista y los miembros de su expedición se encuentran con una tribu que, entre otras cosas, es capaz de cultivar comida ahí en donde el hombre blanco lo veía imposible, y que respeta a los animales no matándolos gratuitamente ni mucho menos sometiéndolos a tratos crueles (queda especialmente reflejado cuando el personaje de Robert Pattinson elogia los métodos de pesca de los indígenas: elaborar una suerte de líquido que aturde a los peces pero que no los mata, así los no capturados pueden volver a su vida): la armonía y el equilibrio con la naturaleza. Oh, y el bueno de Gray también incluye varias y certeras críticas reflejadas en cómo contrastan la estrechez mental de las élites intelectuales y políticas con la amplitud de miras del protagonista retratado (en una escena un periodista le dice que un explorador estadounidense, inspirado en sus primeros descubrimientos, irá a Brasil con un grupo fuertemente armado, a lo que Fawcett responde "espero que con esas armas no destruya lo que tanto dice ansiar descubrir").
Gran película la de Gray: escrita y dirigida de forma magistral, pero memorable gracias a la honesta e indomable sed de descubrimiento de su protagonista, la cual empapa los bellos fotogramas del filme.

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